Me maté a mí mismo

Por Iván Guevara

Autor: Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz)
Cubierta: Desilo
Colección: Servicio Secreto
Número: 1647
Editorial: Bruguera - Año: 1982
Páginas: 96 - PVP original: 50 ptas.
Valoración:*****

Sinopsis: En plena Guerra Fría, Lester Cabot es el mejor agente especial de la CIA y el único capaz de llevar a cabo una importante misión secreta en Balkania (un país de la Europa comunista que podría ser el foco de la Tercera Guerra Mundial). Infiltrado entre su población y a punto de conseguir información crucial para derrocar a la dictadura de Balkania, Cabot se ve obligado a regresar a los Estados Unidos, donde se le diagnostica un cáncer terminal que afecta ya a la mayoría de sus órganos.

Mark Donovan es un empresario en desgracia, condenado a muerte por un crimen que no cometió. A fin de asegurar el sustento de su esposa tras su deceso, Donovan firmó un trato con el gobierno según el cual —en lugar de morir en la cámara de gas— donaría su cuerpo al Estado. La idea es que, aprovechando la semejanza física entre ambos, el cerebro y el corazón (sic) de Cabot sean trasplantados al cuerpo de Donovan. Luego de una cirugía plástica con el mejor cirujano del mundo, Cabot continuaría viviendo y sería Donovan quien moriría de cáncer, meses después.

Poco antes de comenzar la operación, a Cabot le ataca una crisis moral por la idea de despertar en un cuerpo que no es el suyo y condenar a otra persona a morir atrapado en su cuerpo enfermo. El agente enloquece momentáneamente y se arroja por la ventana de un segundo piso, acabando con su vida. Luego de algunas vacilaciones, el alto funcionario del gobierno que estaba a cargo del caso decide mantener en secreto la muerte de su mejor agente, convirtiendo a Donovan en Cabot a cambio conmutarle la pena de muerte si regresa exitoso de la misión en Balkania.

Donovan acepta el trato agregando una condición: una pensión vitalicia para su mujer. Además, si sobrevive a la misión, tendrá tiempo para encontrar al verdadero culpable del crimen del cual se le acusa y limpiar así su nombre.

Donovan empieza a recibir entrenamiento de agente especial y es sometido a una operación de cirugía estética para convertir su rostro en el de Lester Cabot. Además, le implantan en el cuerpo una serie de sensores capaces de detectar e interpretar cada uno de sus impulsos vitales. Una vez en Balkania, esos sensores serán monitoreados todo el tiempo por agentes de la CIA, quienes darán a Donovan instrucciones de cómo comportarse en caso de peligro, a través de un pequeño audífono implantado en el interior de su oído. La CIA no puede confiar plenamente en que —una vez en Balkania— Donovan no traicionará a su país, así que también le implantan una cápsula de veneno que se partirá automáticamente si los sensores llegasen a detectar la idea de una traición.

Y hay un último inconveniente: Cabot nunca mencionó los nombres de sus contactos en Balkania, uno de los cuales posee memoria fotográfica (ha memorizado documentos secretos del Estado Mayor y los planos de una nueva arma). A esa persona deberá encontrar Donovan y convencer de que él es Cabot…

Comentario: A pesar de no pertenecer a una colección de ciencia ficción, no quería dejar de reseñar aquí este bolsilibro por la tecnología aplicada que maneja el argumento. La historia es entretenida, llena de suspense, y abunda en los giros inesperados (y no tanto), tan típicos en el género de espionaje.

Recomiendo Me maté a mí mismo a todo aquel que quiera disfrutar de una lectura agradable, con sabor a clásico —de reminiscencia varias décadas más añeja que la fecha en que fue escrito—, en la pluma del siempre sorprendente Curtis Garland.

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